Cuaresma de Fraternidad
Un Llamado a la Solidaridad y la Acción Social
La Cuaresma de Fraternidad es una campaña solidaria iniciada en 1982, impulsada por el Área de Pastoral Social de CARITAS Chile, una organización vinculada a la Conferencia Episcopal de Chile. Su propósito fundamental es fomentar la solidaridad en la sociedad chilena, especialmente hacia los más necesitados, mediante el uso de las tradicionales Cajitas de Cuaresma. Esta iniciativa cobra un significado especial durante el tiempo de Cuaresma, un periodo de reflexión, penitencia y conversión que culmina con la celebración de la Semana Santa. A través de esta campaña, se invita a todos a compartir con los que más lo necesitan, poniendo en práctica los valores cristianos de justicia y compasión.
Las Cajitas de Cuaresma se distribuyen cada año en comunidades parroquiales y educativas, llevando consigo un mensaje profundo: el dinero que se recoge no es un simple acto de caridad, sino una acción concreta que contribuye directamente al bienestar de aquellos que enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
Este año, Caritas Chile ha tomado el lema: “Bienaventurados los viejos: porque en ellos habita la memoria, sabiduría y futuro” gesto que invita a mirar a las personas mayores, con amor y gratitud, reconociéndolas como portadoras de historia, testigos de fe y pilares de esperanza.
La importancia de la solidaridad como un principio que debe guiar nuestras acciones.
A lo largo de la campaña, los estudiantes participan con entusiasmo y un fuerte sentido de compromiso. La recepción de las Cajitas de Cuaresma se convierte en un acto simbólico que invita a la reflexión sobre los valores cristianos de solidaridad, fraternidad y amor al prójimo. Para nosotros, uno de los momentos emotivos y significativos de la Cuaresma de Fraternidad es la ceremonia de entrega del dinero recaudado, en la que participan las embajadoras de CARITAS Chile, quienes reciben las contribuciones con gratitud emoción.
Es por eso que cada curso recibió la tradicional Cajita de Cuaresma, que con mucho cariño se entregó a dos embajadoras de CARITAS CHILE, quienes recibieron el dinero recolectado. Este acto no solo marca el cierre simbólico de la campaña, sino que también refuerza el mensaje de que la fraternidad no es un ideal lejano, sino una práctica cotidiana que se construye a través de gestos concretos de apoyo mutuo.
Cervantinos: ¡estamos orgullosos de este trabajo en equipo!
